Seguir el consejo de la OMS, terminar con la secrecía en la toma de decisiones y cooperar globalmente.
«Algunas de las decisiones más importantes en la salud de una caión son tomadas, o no tomadas, por un puñado de hombres, en secreto»
Hace aproximadamente 60 años, el químico, escritor y servidor público Charles Percy Snow reveló en su libro Science and Government lo común que eran los consejos científicos con falta de evidencia hacia los gobiernos durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora que el mundo enfrenta uno de los peores brotes infecciosos del siglo, esas observaciones siguen siendo muy relevantes.
En todo el mundo los países reaccionan como si estuviesen en una situación de guerra: fronteras cerradas, comunidades en cuarentena, reuniones masivas canceladas, negocios cerrados..
Aún así, gobiernos como los de EUA y el Reino Unido han tomado decisiones cruciales en secreto, y han hecho anuncios antes de publicar la evidencia en la que sus decisiones se basan. Así no es como los gobiernos deberían de trabajar. La secrecía debe terminar.
Al tiempo en que Europa se convierte en el centro de la pandemia y los casos incrementan en casi todos los países, tres cosas deben suceder urgentemente.
Seguir el consejo de la OMS
Ni los Estados Unidos, ni el Reino Unido han dicho por qué no siguen el consejo de la OMS, que es realizar pruebas agresivamente, rastrear y aislar tantos casos de COVID-19 como sean posibles. Argumentan que los aconsejan algunos de los mejores virólogos y epidemiólogos de enfermedades infecciosas en el mundo. Esto es cierto. Pero al mismo tiempo ningún gobierno puede igualar la experiencia acumulada de la OMS en lidiar con brotes, desde el SARS hasta el ébola. La agencia es enfática al decir que las medidas de contención son esenciales, junto con el distanciamiento social y una atención clínica rápida, en lugares donde las transmisiones están ocurriendo.
Hacer pruebas agresivamente de los casos, y poner en cuarentena a los contactos aún no es declarada como una política de prioridad por los EUA, donde los esfuerzos se ven dificultados por la falta de pruebas y la ausencia de un sistema de salud unificado. En el Reino Unido, con un sistema de salud más centralizado, también ha implementado un número limitado de pruebas, aunque ahora hay un despegue como en otros países. En contraste, aunque sus medidas de mitigación difieren, China y Corea del Sur usar medidas de contención más agresivas desde el principio, y lo continúan haciendo. Ambos países tienen menos nuevos casos por día que los que había cuando el virus estaba en su pico.
Es raro para la OMS criticar a sus principales miembros donantes, pero su director general Tedros Adhanom Ghebreyesus no se equivoca al decir «la idea de los países de cambiar de la contención a la mitigación es equívoca y peligrosa», añadió «No puedes combatir a un virus si no sabes dónde está. Esto significa mayor vigilancia para encontrar, aislar, hacer pruebas y tratar cada caso, para romper las cadenas de transmisión»
Publicar la evidencia y favorecer la investigación abierta
Desde el comienzo del brote los científicos han liderado el camino para compartir datos e investigación. Nature se ha comprometido a ello. Compartir datos es esencial para rastrear cómo el virus se esparce y como puede ser contenido. Los consejeros científicos de los gobiernos deben hacer lo mismo. La investigación abierta permite a un mayor grupo de expertos checar afirmaciones, verificar cálculos, interrogar conclusiones y encontrar errores. Esto no está ocurriendo en las consejerías científicas gubernamentales.
Las consecuencias son evidentes con la controvertida decisión en el Reino Unido de retrasar los cierres obligatorios de escuelas y lugares de trabajo. Parte del razonamiento inicial, explicado por el jefe en consejos científicos Patrick Vallence, incluye la premisa que para la gente sana, ser afectada por una sintomatología leve le ayudará a fortalecer su inmunidad, y eso provocaría una menor transmisión (si más gente se vuelve inmune). Según este razonamiento, esto retrasaría y reduciría el pico de infecciones. Pero la evidencia detrás de este enfoque no fue revelada. El enfoque fue cuestionado por científicos, y no forma parte ya de la política del Reino Unido. Los gobiernos se arriesgan a perder credibilidad al anunciar políticas antes que las pruebas, datos y modelos en los que se basan. Los gobiernos deberían unir la experiencia colectiva de diversos grupos de científicos para que les ayuden a interrogar sus modelos y mejorar sus decisiones.
La cooperación internacional salvará vidas
Es difícil para la ciencia gubernamental y consejeros médicos abogar por un enfoque más transparente y colectivo si hay líderes, como Donald Trump, que son escépticos acerca del valor de la cooperación internacional y toman medidas unilaterales, por ejemplo en la decisión de EU de cancelar vuelos de China, Irán y países europeos, sin antes consultar a los países afectados y sin publicar evidencia que avale esas decisiones.
Pero los consejeros deben insistir y persuadir a sus líderes en tomar acciones coordinadas en el interés de todos. Si difieren del enfoque de la OMS deberían de explicar por qué. Para combatir una pandemia en un mundo interconectado, los países necesitan proveer toda evidencia que respalde sus decisiones, y estar dispuestos a compartir esa evidencia para derrotar al virus juntos.
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